LA HISTORIA DE UN VALIENTE

Voy a contarte una pequeña historia, que sucede no muy lejos de donde vivo.
La historia de un valiente, que le ocurre a un ser humano como tú y como yo, capaz de tener tanto valor como para salvar una vida, cuatro días después de haber tenido a su mujer en un quirófano intervenida de cierta gravedad.
Y si me permites, para relatarla, me voy a dirigir a él.
Perteneces a este mundo futbolero comarcal, al cual yo también pertenezco, y sabes que tú , como alguno más, no muchos, siempre habéis sido una referencia para todos aquellos que nos iniciábamos.
Por tú trato a tod@s es@s pequeñ@s que han empezado a formarse como deportistas en esta, a veces ingrata disciplina, por tú capacidad de trabajo y disponibilidad para echar una mano a los que en algún momento hemos empezado o por tú dedicación a un club que no te lo supo reconocer…
Nunca olvidarás el 22 de Octubre de 2009, cuatro días después de tu cumpleaños.
Fuiste capaz de salvarle la vida a un papá, de uno de esos tantos niñ@s, a los que, desde hace ya tiempo, les has dedicado tú tiempo, no solo ese año, si no tantos otros.
Fuiste capaz de con valor y destreza, en los 20 minutos más largos de tú vida, darle a él la vida, una vez se desplomo, inconsciente en las instalaciones del club, con ayuda del que ahora preside ese club al que tanto tiempo le dedicabas.
El club que fue incapaz de reconocerte y agradecerte públicamente aquel acto heroico, aunque conociéndote, tu recompensa ya la tenías. Debe ser gratificante salvarle la vida a otro ser humano. Eso debió pensar él cuando, mediando con el Ayuntamiento, consiguió que, un año más tarde te lo reconocieran en una Gala de Deporte local.
Pero tú club, donde incluso llevabas a tu hijo a que disfrutara de este deporte que tanto amamos, el fútbol, y que tuviste que dejar, después de 11 años, por un desafortunado accidente de moto, que te deja secuelas, todavía guarda silencio…
No solo de esto guarda silencio dicho club, sino también de la marginación a la que sometió a tu hijo, un monitor tramposo, llevándole a abandonar este deporte, desquiciándolo psicológicamente y amargándole en su formación como deportista y persona.
¿ Cómo pueden dejar a un niñ@ de 7 años, helarse de frío en un banquillo sin participar del juego, ni un solo minuto? Apartarlo del juego!!!!!
Sin una explicación, así quedan retratados todos los miembros de ese club, que por cierto va presumiendo de proyecto… INGRATITUD
Me alegra saber que tú pequeño practica atletismo y que se siente feliz en esta modalidad deportiva.
Las puertas de donde me encuentre trabajando, para ti y los tuyos las tienes abiertas.
Mantendré el anonimato de toda esta historia, porque tu así me lo has pedido…
Un abrazo amigo